BIZANCIO EN CEUTA.

BIZANCIO - SIGLO VI (533 dD.) - VIII (711 dC.)

En 395 el Imperio Romano se dividió en Imperio Romano de Occidente e Imperio Romano de Oriente (Bizancio) con capital este último en Costantinopla y que perduró hasta 1453 con la toma de su capital por los árabes.

A inicios del siglo VI d.C. Justiniano monarca bizantino de la corte de Constantinopla, decide reunificar todos los territorios que en algún momento habían formado parte del Imperio Romano en su época de mayor espendor.

Septem, situada en el entorno de las Columnas de Hércules, junto con las Baleares, convierten en los dos baluarte más importantes de la presencia bizantina en el Extremo Occidente. provocando la anexión de las mismas por Justiniano

Procopio, en su De Aedificiis “Sobre las construcciones” cita explícitamente a Septem por parte de Belisario, general de Justiniano, que manifesta su interés por la conquista de determinados lugares estratégicos así comoo la fecha precisa de la conquista de la plaza por los imperiales, entre el año 533/534, y la asignación de un tribuno al mando de la misma.

Procopio menciona también que se procede a la restauración de las fortificaciones del asentamiento, a la instalación de una guarnición permanente, a la existenca de una flota con dromones y sobre todo a la creación de un templo consagrado a la Madre de Dios. Existen referencias literarias posteriores que proponer un control de Septem por los bizantinos hasta momentos muy avanzados del siglo VII d.C. y que manifiestas un glorioso pasado para la Septem bizantina

Sin embargo las evidencias arqueológicas hasta la fecha son mínimas, limitandose a un ponderal (Pesa) de bronce aparecido en las obras del Parque de Artillería relacionado con actividades fiscales o mercantiles. A mediados de los años noventa se contextualizaron arqueológicamente cerámicas de los siglos VI o VII depositadas previamente en el Museo Municipal de Ceuta.

Las excavaciones realizadas en el Paseo de las palmeras permitieron documentar una seria de estratos fechados entre el año 533/550, asociados a estructuras de mampostería de escasa entidad y a ambitos con hogares con multitud de fauna terrestre y marina procesada y con evidencia de actividad metalúrgica, tratandose de las primeras evidencias arqueológicas de época bizantina aparecidas en Ceuta (Bernal y Perez 1996). Algunos años más tarde la excavación de un solar tras la basílica tardorromana – parcela 21 de la calle Gran Vía- permitiró detectar estratos de la segunda mitad del siglo VI y de inicios del siglo VII d. C. (Bernal y Pérez 2000) que confirmaron arqueológicamente la importancia del poblamiento de Septem por parte de los imperiales constantinopolitanos.

Pero ¿Qué evidencias son las que nos permiten saber que nos encontramos ante restos propiamente bizantinso?. Los materiales localizados son en su práctica totalidad de importanción, tanto platos, copas, fuentes,lucarnas y ánforas procedentes del norte de África, como cerámicas a mano/torno lento del mediterráneo central, productos orientales, de las costas de Cilicia, Chipre y de las islas del Egeo que eran mercancías de la zona controlada por los bizantinos.

En 2000 se halló en el Paseo de las Palmeras el único testimonio existente por el momento del urbanismo ceutí de época bizantina tratándose de una pequeña calle, de trazado irregular que no presentaba una dirección en angulo recto respecto a los ejes maestros urbanos (norte-sur y este-oeste) presentando una trayectoria descendente de suroeste al noroeste presentando un dilatado uso hasta momentos avanzados del siglo VII en que quedó en desuso (Bernal 2005).

La Basílica Tardorromana Septemse que había sido erigida en el Bajo Imperio Romano (Siglos IV y V) se mantiene en uso durante la época bizantina (Siglos VI y VII d.C.) lo que pone de manifiesto que la comunidad septense a lo largo de la Antiguedad Tardía sufre una consolidación, lo que provocó la ampliación de las instalaciones dedicadas a uso funerario y a finalidades litúrgicas.

Según algunos autores, la fortaleza del Monte Hacho fue construida originalmente por los romanos durante los primeros siglos de nuestra Era y luego restaurada, ampliada y mejorada por los bizantinos del emperador Justiniano I (año 531) quien envió al más insigne de sus generales , Belisario, con la misión de destruir el imperio de los Vándalos en el Norte de África.

La hipótesís más probable para situar las fortificaciones reparadas en época bizantina que menciona Procopio es que esten situadas bajo las actuales defensas portuguesas y del frente septentrional del sitmo, así como bajo las estructuras de la plaza de África y de los edificios públicos colindantes aunque a día de hoy no existe ninguna certeza arqueológica que lo confirme.

FUENTES

HISTORIA DE CEUTA: DE LOS ORÍGENES AL AÑO 2000 (Dario Bernal Casasola) Año 2009